Cómo colocar una prótesis mamaria II. Repercusión en la lactancia: Estética y función.

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Cómo colocar una prótesis mamaria II. Repercusión en la lactancia Estética y función. | Dra. Ana Martínez Padilla

De entrada, hay que entender que la lactancia implica cambios fisiológicos con gran repercusión en las mamas. Durante el embarazo, la glándula mamaria, al igual que el resto del cuerpo, se ve sometida al influjo hormonal existente. Se produde un aumento de tamaño, aumenta el tejido glandular y la vascularización (el riego sanguíneo) del mismo para prepararse para la lactancia. En la lactancia, la glándula mamaria secreta leche, el divino alimento, y durante un tiempo, especialmente los primeros días, se ve sometida a cambios inflamatorios (es lo que mal llamamos subida de la leche, por eso a veces da fiebre) y a disregulaciones entre producción de leche y consumo por parte del bebé, por eso a veces las mamas están muy tensas, calientes, gotea la leche, todo esto va desapareciendo cuando el cuerpo se va adaptando y se regula la producción. Entendiendo estos cambios fisiológicos, es fácil llegar a la conclusión de que las portadoras de prótesis mamarias (especialmente si se colocaron las prótesis recientemente) pueden notar esa distensión de forma más acusada al principio. Pero todo esto es muy relativo, y depende del tiempo que se lleve operada y del tamaño de prótesis mamaria, entre otros muchos factores. Si el volumen de la prótesis no es excesivamente grande, no tendría que tener gran repercusión a priori. Un implante de un tamaño enorme puede resultar incluso en una atrofia de la glándula mamaria por compresión.

En general, los resultados de los estudios actuales apuntan a que la lactancia es totalmente compatible con los implantes mamarios, y muchos de los fracasos de lactancia en estas pacientes (por fracaso de lactancia entendemos desde que no se llegue a intentar la lactancia hasta que se deje antes de tiempo) están propiciados por el miedo a la alteración del resultado estético (a veces de la paciente, otras del cirujano, otras de ambos) o a los prejucios infundados de que ya no será posible amamantar. Así que en general, nada de esto. Además existe la creencia popular (muy alimentada por la industria en la época en que se estaba dando expansión a la leche de vaca maternizada), de que la lactancia estropea el pecho. Pues de eso nada, de los estudios realizados hasta la fecha, no hay ninguno que asocie la lactancia a la ptosis mamaria (caída del pecho). Distinto es que se haya estropeado durante el embarazo, que sí que es un factor de riesgo para la ptosis, y te des cuenta una vez que se te acaba el aspecto derivado de la turgente lactancia. Y que quede claro, he dicho que es un factor de riesgo, es decir, que tampoco tiene que pasar siempre, sólo que puede pasar, igual que fumar es un factor de riesgo para tener cáncer, pero gracias a Dios, a Alá, al destino o a quien se quiera, no le pasa a todo el mundo.

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