Muchos pacientes consultan preocupados porque, a pesar de mantener una dieta y actividad física adecuadas, no consiguen perder la antiestética grasa abdominal.
En la mayoría de los casos, se trata de depósitos grasos constitucionales que difícilmente desaparecerán. En ocasiones, se debe al cambio en la distribución de la grasa propio de la edad o de cambios hormonales. La cirugía puede mejorar este aspecto, pero será distinta según los hallazgos clínicos. Por ejemplo, un paciente que presente un depósito de grasa abdominal inferior de poco grosor, pero asociado a flacidez cutánea, puede no ser subsidiario de resolverse con liposucción, o incluso que ésta agrave el problema, requiriendo entonces una abdominoplastia. Sin embargo, un depósito graso localizado, cubierto por una piel elástica y de calidad, podrá dar muy buenos resultados con lipoescultura.
La clave para elegir está en un estudio cuidadoso de cada caso y en el conocimiento de las expectativas y deseos de cada persona.