Hace pocos años no era una preocupación usual para el sexo femenino el tener los labios menores más o menos grandes, el monte de Venus más o menos poblado de vello, o los labios mayores con mayor o menor relleno de grasa. En tal caso, ¿de dónde podría haber surgido la tendencia a la ninfoplastia?
Creo que habría que considerar dos factores, uno intrínseco al sexo femenino, y otro extrínseco.
En primer lugar, intrínsecamente, está la liberación sociocultural de las mujeres en nuestro medio. Queremos poder elegir cómo sentirnos mejor física y mentalmente. Y ¿qué buscamos? Es sencillo, lo mismo que al usar cremas faciales, vestirnos a la moda o cortarnos el pelo, un aspecto atractivo y, en la mayoría de los casos, juvenil, sano, lleno de vida. Las mujeres son conscientes de los cambios más o menos fisiológicos que han ocurrido en su cuerpo desde la adolescencia, así que pueden comparar su aspecto con sus recuerdos anteriores, pero ahora, además, hay otros modelos con los que compararse. Lo que antes no se enseñaba ahora se ve, con la normalización de la pornografía. Y ¿qué propicia que el aspecto de las actrices porno sea el que es? A esto responde el otro factor, el extrínseco. Está claro, el mercado no engaña, es reflejo de los gustos mayoritarios del público al que va dirigido.
Guste o no, parece que el grueso de consumidores del género se inclina por mujeres de edad temprana, ‘Lolitas y nínfulas’, como volvían loco a “Humbert”; en ese momento del desarrollo puberal en que ya se han desarrollado las mamas pero no tanto otros caracteres sexuales secundarios, como el vello público, o los cambios dimensionales vulvares. Por supuesto esto es sólo una opinión.
No es nada nuevo, los hombres siempre han buscado instintivamente sus parejas sexuales, se trata de encontrar una compañera sana y con una larga vida reproductiva que pueda dar perpetuidad a sus genes. Lo demás ya son matices culturales añadidos según el momento. Pero la base de nuestros gustos, una vez más, puede leerse en nuestros genes. Y en lo que a sexualidad respecta, buscamos que prime el éxito reproductivo.
Por supuesto, a veces todo se desvirtúa, y en vez de remodelaciones y reducciones de labios menores, hay gente que solicita verdaderas amputaciones, y lo que es peor, cirujanos que consienten en hacerlas. Esto puede dar lugar a problemas a corto y largo plazo. Y cuando la influencia hormonal de la fertilidad de la mujer desaparece, la atrofia secundaria fisiológica de la zona en la menopausia, desemboca en vaginas expuestas sin protección de los labios, que sufrirán sequedad y otros incómodos problemas de no siempre fácil solución.
Como conclusión, dentro de los gustos y la moda, siempre debe priorizarse la fisiología, el sentido común, y el consejo profesional adecuado.